El nuevo rol del docente:
En la actualidad, el proceso educativo exige un nuevo enfoque
en el desempeño pedagógico del docente. No es posible usar las mismas
metodologías educativas en una enseñanza presencial que en una no presencial o
virtual. “Los modelos educativos presenciales tradicionales se caracterizan por
centrar el desarrollo del proceso en el docente, relegando al estudiante a ser
un mero observador y oyente en la mayoría de casos. Este tipo de modelos
ponderan mucho mas la enseñanza que el aprendizaje (Duart, Sangrá, 2000) y su
aplicabilidad se limita a entornos presenciales. El docente cumple un papel
protagónico en el que conjuga la utilización de algunos recursos principalmente
la pizarra y su voz, a través de estos, logra lo que comúnmente conocemos como
‘transmisión de conocimientos’ mas que aprendizaje efectivo, siendo el
resultado un bajo nivel de asimilación y el consecuente ‘conocimiento temporal’
que tiende a olvidarse con facilidad. El estudiante por su parte es un receptor
de la transmisión que realiza el profesor, su aprendizaje se limita en muchos
casos a lo que pueda memorizar como resultado de "escuchar y
ver" . Los instrumentos de evaluación son, en muchas
ocasiones, instrumentos que no se orientan a conocer el nivel de aprendizaje;
lo que se mide con frecuencia es la capacidad de memoria al tener que repetir
en forma textual lo que consta en los textos.
Con el nuevo enfoque, el proceso de evaluación se orienta a
descubrir habilidades y destrezas que constituyen indicadores de un aprendizaje
significativo; entendiéndose por aprendizaje significativo a esa capacidad de
aplicación de la teoría a la práctica. Este nuevo enfoque exige además un
cambio en la manera de enseñar y aprender; exige también adaptarse a nuevas
técnicas, nuevos recursos que proporcionan las TIC para la enseñanza –
aprendizaje, tales como computador, aparatos audiovisuales, materiales
multimedia, correo electrónico, etc. El estudiante, en lugar de memorizar
contenidos específicos, debe “aprender a aprender” y el docente dejaría de ser
el transmisor de conocimientos y pasaría a ser el “facilitador del proceso de
aprendizaje, “Esto no quiere decir que pase a limitarse a la simple gestión del
aprendizaje. Por medio de la orientación y de la inducción, la acción docente
tiene como objetivo ofrecer al estudiante herramientas y pistas que le ayuden a
desarrollar su propio proceso de aprendizaje, a la vez que atienda sus dudas y
sus necesidades”. (Duart, Sangrá, 2000).
Por tanto el nuevo rol del profesor conlleva a pasar de un
enfoque centrado en el profesor a uno centrado en el estudiante, donde el
estudiante participa tanto como el profesor o más, y donde la presencia física
del estudiante y el profesor no sea un requisito indispensable para que se
produzca el aprendizaje.
Consciente de que ”El aprendizaje del futuro partirá en gran
medida de: la experiencia conjunta, el aprendizaje cooperativo, la colaboración
en pequeños grupos sin tener en cuenta las coordenadas espaciotemporales”. (Khan, 1999)|-, la UTPL se ha visto en la necesidad de
utilizar un nuevo espacio educativo donde interactúan en forma dinámica, los
agentes que intervienen en el proceso educativo. Este espacio conocido como EVA
hace posible la utilización de la Web como medio para establecer una relación
de enseñanza - aprendizaje a través de herramientas síncronas – al mismo tiempo
y espacio diferente (chat, videoconferencia a través de la web) y asíncronas –
tiempos y espacios diferentes (correo electrónico, foro, tablero de anuncios),
que permiten un aprendizaje individualizado y colaborativo. La posibilidad de que los profesores y
estudiantes puedan comunicarse privada o
colectivamente de manera sincrona o asíncrona ofrece una nueva dimensión en el
diseño de estrategias docentes.
En la Modalidad Abierta y a Distancia de la UTPL, es la
institución la responsable de la acción del docente, y para ello está dotada de
un grupo de expertos encargados de: planificar, evaluar, guiar el aprendizaje,
diseñar y producir materiales educativos, etc.
Los modelos educativos que hacen uso de manera intensa de
las nuevas tecnologías de la información y comunicación como los que imparten
programas educativos a través de un EVA, como la nueva oferta educativa de la
UTPL, consideran la interacción como clave del proceso de enseñanza –
aprendizaje. A través de la interacción el estudiante construye su propio
conocimiento, interactuando por medios electrónicos con sus compañeros, materiales, docentes y
con la institución.
Con este propósito la acción docente se encamina a enfatizar
en la facilitación, el liderazgo y la conducción de un proceso de aprendizaje
que se apoya en los distintos medios de comunicación que aportan las TICs, y a
ofrecer grandes beneficios en el proceso autoformativo, como:
-Mayor
interacción entre docente – estudiante, estudiante –estudiante y estudiante -
materiales
-Flexibilidad
en la elección de contenidos y tiempos de estudios
-El
estudiante aprende de forma tan eficaz como uno que asiste a una formación
convencional, y posibilita no sólo una comunicación directa con el docente,
sino también una comunicación la horizontal entre los propios participantes en
los procesos de formación.
-Proporciona
un aprendizaje cooperativo, lo que permite al estudiante aprender de la
participación de los demás actores.
-Permite
recibir retroalimentación personalizada,
tan frecuentemente como sea necesaria, es importante destacar que la
retroalimentación puede ser tanto del profesor como de los demás estudiantes.
-Acceso a
diferentes fuentes de información
El aspecto que proporciona validez al proceso formativo que
emplea las herramientas descritas es la evaluación. Una evaluación continua que
permite retroalimentar el proceso a través de las diferentes actividades que
posibilitan alcanzar los objetivos: ejercicios recomendados, banco de
preguntas, evaluaciones a distancia y evaluaciones presenciales.
La posibilidad de que los docentes y estudiantes se
comuniquen en forma privada o colectivamente de manera síncrona o asíncrona
exige un replanteo de las estrategias docentes; he ahí la necesidad de un
cambio en el rol del docente.
Funciones del docente:
De acuerdo a la naturaleza de las actividades docentes, el
facilitador debe apoyarse en la
consideración de que en la Educación a Distancia (o Virtual) interesa más el
aprendizaje que la enseñanza, los estudiantes más que los contenidos; por ello se plantea las siguientes funciones
básicas de carácter docente:
•Programar
o planificar previamente la acción formativa
•Potenciar
la actividad del estudiante
•Atender y
resolver las dificultades e inquietudes de los estudiantes, mediante tutoría
telefónica, correo electrónico, tutoría presencial, etc.
•Debe ser
un verdadero orientador del proceso.
•Destacar
la importancia del estudio independiente y fomentar el sentimiento de
autorresponsabilidad.
•Potenciar
el aprendizaje colaborativo, fomentando la comunicación e interacción entre sus
miembros y la realización de trabajos en grupo.
•Crear y
recurrir a técnicas, métodos, estrategias útiles para el autoaprendizaje.
•Dirigir
el proceso de enseñanza – aprendizaje de los estudiantes a través de materiales
didácticos como: libro base, guía
impresa, etc.
•Informar
a los estudiantes los objetivos que se pretende alcanzar y los contenidos que se abarcará en el curso o
materia en cuestión.
•Proporcionar
retroalimentación personalizada, tan frecuentemente como sea necesaria, es
importante destacar que la retroalimentación puede ser tanto del profesor como
de los demás estudiantes.
•Dado que
del profesor depende el grado o nivel de
exigencia que se imponga a los estudiantes para superar el curso o materia,
debe diseñar, redactar, corregir y calificar los diferentes elementos de
evaluación: ejercicios recomendados, banco de preguntas, evaluaciones a
distancia y evaluaciones presenciales, que permiten retroalimentar el proceso y
posibilitan alcanzar los objetivos.
Además de las funciones señaladas, el docente debe
establecer un vínculo de empatía con sus estudiantes; es decir, propiciar un
ambiente de confianza a fin de que la relación docente-estudiante se vea
complementada y sean superadas las barreras que la distancia presenta; este
ambiente permite valorar y transmitir confianza sobre las bondades que presenta
este nuevo sistema de estudio. Es por ello la necesidad de mencionar también
las principales cualidades que debe reunir el docente para optimizar el proceso
formativo, entre las cuales están:
- Dimensión
ética que le permita descubrir y valorar la personalidad del estudiantes detrás
de la tecnología que utiliza.
-Tolerante
con el ritmo de aprendizaje de sus estudiantes.
- Demostrar
una especial dedicación y responsabilidad frente a las tareas de seguimiento y
retroalimentación.
-Ingenioso
para crear un ambiente motivador, de investigación y creatividad.
-Pro –
activo, capaz de adelantarse a las posibles dificultades de los estudiantes.
-Conocedor
del entorno de enseñanza - aprendizaje y de sus demandas.
Todo esto conlleva a decir que el propósito principal del facilitador es lograr la ruptura de la
dependencia entre él y el profesional en formación, dejando al estudiante el
trabajo de ser el gestor de su propio aprendizaje y al docente la tarea de
guiar el proceso educativo.
El Rol del Estudiante
El entorno virtual
apoya al docente y mejora las opciones que pueden tener los alumnos en la
búsqueda de información y elimina la temporalidad que significa una clase
presencial. Significa entonces que la responsabilidad, esta vez se vuelve más
compartida entre docente y alumno en el proceso de aprendizaje.
El rol del estudiante se convierte en más activo y vital
para su mismo proceso de aprendizaje, puesto que pasa de ser un receptor de
información (de acuerdo al método tradicional de enseñanza) a un investigador y
administrador de la información que consigue para aprehender el tema del curso.
Esto genera una gran responsabilidad, puesto que ya no es el
profesor quien establece los límites de información que procesará en cada
unidad y para cada examen o prueba sino es él mismo el que lo hará.
El otro rol vital es el de la administración del propio
tiempo dedicado al aprendizaje. si antes el tiempo estaba enmarcado en el
horario de clases, es ahora el alumno quien deberá decidir a qué hora deberá
leer y estudiar su curso y cuando presentará sus asignaciones y tareas. si bien
el docente todavía cumple el rol de evaluador de las pruebas y tareas, el
alumno podrá decidir la calidad de relación que desee establecer con el docente
como proveedor de experiencia y de esclarecimiento de dudas
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